Comienza la aventura

     Es necesario, ocuparse en alguna actividad que nos guste hacer cuando disponemos de un tiempo, a veces hay que hacer espacio para esos momentos cuando el estrés nos está agobiando. Si no fuera por las vacaciones o los fines de semana, no sé que sería de nosotros los maestros, que cada día hábil debemos poner nuestro mejor esfuerzo en la realización del trabajo encomendado. Para mucha gente ajena a la docencia, nuestro trabajo es fácil, sin embargo tenemos que luchar contra la ignorancia, la falta de valores, falta de apoyo por parte del gobierno y de los padres de familia, el ataque discriminatorio de los medios de comunicación, etc. Amigos y compañeros, disfruten los momentos que dispongan, diviértanse y no permitan que el estrés les gane.

     Pues bien una de las cosas que me gusta hacer es ir de pesca, generalmente a lugares apartados donde no existe energía eléctrica, ni señal de celular o internet, trato de mantenerme lejos de todo lo que implique la vida agitada de la ciudad; claro esto también hay que decirlo, implica prescindir de comodidades, pero vale la pena. A continuación les presento algunas fotografías tomadas en lugares  hermosos que tenemos en nuestro estado.

Una pausa para el desayuno. Carretera Cafetal-Majahual.

 

 

 

Mi hermano Mario y Benjamín mi primo, ambos docentes saboreando unas empanadas que compramos en el poblado de Limones.

 

 

 

 

Tampalán Quintana Roo, un bello amanecer a la orilla del mar Caribe.

 

 

 

 

Tomando un cafecito en el Mar de Tumbos.

 

 

 

Mi hermano Mario en el Mar de Tumbos, nótese la corriente del mar agitado, en este lugar no se puede nadar, ni pescar, pues existe una corriente demasiado fuerte.

 

 

 

 

La Laguna Mosquiteros se encuentra justo enfrente del mar de tumbos, solamente separados por una franja estrecha de tierra y arena.

 

 

 

 

Aquí podemos observar la estrecha franja de tierra que separa al mar Caribe de la Laguna Mosquiteros, aunque aparentemente están separadas, estas aguas están unidas por corrientes subterráneas que se pueden observar en unas pozas profundas que se encuentran a la orilla de la laguna. Aquí si nos quedamos quietos podremos observar picudas, chernas, sábalos, etc. Desde luego hay que tener extremo cuidado con los muchos cocodrilos que habitan el lugar. 

 

 

Bajando a la laguna.

 

 

 

 

Laguna Mosquiteros, buen día de pesca, un sábalo, valió la pena aguantar los piquetes de los tábanos del lugar, que por cierto parecen enjambres y hay que ponerse una buena cantidad de repelente hasta en las orejas y el rostro, esto a cada rato pues de otra manera no se puede pescar.

 

 

 

 

En la casa del amigo Florentino (el chac), en Tampalán Quintana Roo.

 

 

 

 

Camino a Punta Herrero.

 

 

 

 

Existen dos tumbas a la orilla del camino, una pertenece a una mujer joven que desventuradamente murió por complicaciones en el parto, esto hace muchos años, cuando era más difícil salir, hay que tomar en cuenta que en la actualidad aunque existe un camino, este es de arena y la comunidad de pescadores queda aproximadamente a cuatro horas y media de la ciudad de Chetumal, después de dejar la carretera en Pulticub, se avanza lento en un camino de terracería en mal estado, después a la altura de Tampalán comienza un camino de arena, aquí hay que tener cuidado de no quedarse atascados, pues no es fácil sacar un vehículo atorado en la arena, es mejor transitar estos lugares en una camioneta de preferencia con llantas anchas. Antes el camino Cafetal-Majahual era de terracería, se llevaba mucho tiempo en poder llegar, luego se tenía que avanzar desde majahual hasta Punta Herrero en toda la costa por un camino estrecho de arena, por eso era más fácil bordear la costa pasando por Xcalac, y entrar a la Bahía de Chetumal, para llevar el producto de la pesca o trasladar algún enfermo.

 

 

 

Mi hijo Rodrigo en Punta Herrero, es una aldea de pescadores a orillas de la Bahía del Espíritu Santo, por eso siempre está el mar en calma y cuando afuera del arrecife hay marejada, aquí se recurre a las trampas para sacar pescado para comer y vender.

 

 

 

 

No hay como degustar mariscos frescos frente al mar Caribe. Ese día nos fue mal en la pesca, pues el mar presentaba un fuerte oleaje, esto nos impidió conseguir sardinas y salir en la lancha. Así que mejor nos trasladamos a Punta Herrero a comer sabroso.

 

 

 

 

En Punta Herrero algunas familias se dedican a vender comida y dar alojamiento a las personas que llegan de visita, en plan de pesca o de paseo. Por cierto ofrecen excelentes guisos a precios módicos, aquí listos para disfrutar langosta al mojo de ajo.

 

 

 

 

Faro de Punta Herrero y al frente una trampa para pescado.

 

 

Fotos de Punta Herrero

 

 

 

Antes que nada, hay que conseguir sardinas, pues con eso tendremos garantizada la pesca. A veces hay que recorrer varios lugares que conocemos, pero sobre todo hay que fijarse en dónde los pelícanos están zambulléndose, esa es la señal.

 

 

 

 

 

Ya con las sardinas, probando suerte en la Punta de San Lorenzo.

 

 

 

Un rato de suerte, en la misma Punta de San Lorenzo. Estábamos sacando unos pargos cuando vimos de pronto una sombra que pasaba muy cerca de la orilla, al acercarse pudimos observar que se trataba de esta picuda que también estaba cazando, en eso mi hermano Mario preparó un aparejo que consistió en enganchar dos anzuelos y su niquelina unidos por una sardina grande y con eso procedió a tirar y jalar, una y otra vez el grueso cordel, hasta que en una de esas se enganchó la picuda y fue tan fuerte el tirón que el cordel le cortaba la mano, entonces se le ocurrió algo un poco fuera de lo común, pero con un magnífico resultado, comenzó a dar vueltas enrollándose el cordel en la cintura, aún así cuando el animal estaba a punto de salir, mi hermano se tropezó con un tronco y se cayó raspándose la espinilla muy feo, en eso llegamos y le ayudamos a sacar la barracuda que tiraba mordidas de manera indiscriminada, tuvimos que hacer lo que hacen los pescadores, darle garrotazos en la cabeza.

 

 

 

 

Aquí mi amigo Víctor ( peluche) y mi hermano listos para la aventura, no salgo en la foto porque como casi siempre, yo soy quien las toma, ni modo...

 

 

 

 

Entre mi equipo fotográfico cuento con una cámara Olympus acuática, aquí tenemos la fotografía de una langosta en su hábitat natural, apenas se aprecia debido a la turbulencia del mar en ese día.

 

 

 

Nótese lo lejos que nos encontramos de la orilla, al frente el peluche y atrás yo saludando a los que se encontraban en la lancha.

 

 

 

En esta fotografía les muestro una esponja que saqué a unos ocho metros de profundidad.

 

 

 

 

Aquí Benja. No siempre se consigue langostas de este tamaño, generalmente es por temporadas cuando el mar está agitado y hay mal tiempo, esto porque salen de las profundidades en fila para conseguir sus alimentos.

 

 

Mi hermano Mario, aprovechando para tomar la foto con una super langosta.

 

 

 

Mi hijo Rodrigo, nótese el tamaño de la langosta (Panulirus argus ).

 

 

 

 

Captura de un abadejo, del cual se sacan excelentes filetes, y la cabeza ni se diga, para un exquisito caldo reparador.

 

 

 

Concha de un caracol rosado, actualmente en veda. Es necesario hacer conciencia para proteger esta especie y seguir en el futuro contando con ella.

 

 

 

Producto de un día de pesca afuera, como dicen los pescadores, en mar abierto. Aquí mi amigo Florentino (el chac), Víctor (peluche) y yo arreglando el pescado para nevarlo. La pesca del día, cabrillas, pargos, escochines, rubias y pez payaso.

 

 

Atardecer, bajando de la lancha con parte del producto.

 

 

 

 

Una cucaracha de mar, es también una langosta, se encuentra generalmente pegada a las cuevas submarinas, su sabor es menos dulce que la langosta que comúnmente conocemos en el Caribe.

 

 

 

Mario con un tiburón de arrecife (Carcharhinus perezi).

 

 

 

Bajando parte de la pesca del día, cuatro langostas de orden.

 

 

 

 

Atrapando un escochín, este pescado se asa y se pueden elaborar albóndigas, empanadas, o guisarlo como se hace con el cazón, su sabor es excelente.

 

 

 

Un cangrejo rojo, es tan apreciado como la langosta, ya que es un animal de regular tamaño y sus grandes tenazas están llenas de carne.

 

 

 

 

 Si alguien piensa que esta foto es producto de un montaje se equivoca. Esta fue tomada por el profesor Wilbert Suaste en Xel ha, la verdad este animal pesaba tanto que no pude sostenerlo por más de diez segundos. Fue una experiencia inolvidable.